sábado, octubre 10, 2009

Antología de las noches perdidas


it's winter


Desperté en punto de las 9.00 el abrumador pitido del despertador interrumpió el profundo sueño donde aparecías de nuevo. Consiente, sé que falta algo. Volteo y a mi lado donde solía estar tu cuerpo desnudo cubierto solamente por la delgada sabana blanca que dejaba ver tu bella espalda marcada ahora hay una cama a medio tender, pero ¿Dónde te has ido?

Seguro estoy que ayer en la noche estábamos juntos ardiendo en el fulgor pasional, labios ardientes tratando de erradicar cada centímetro de nuestros cuerpos que no haya quedado marcado por nosotros mismos. Besos, mordidas, caricias, abrazos… todo.

Sin embargo no te encuentro, todo parece distinto; no era como lo vi ayer. En el buro no sigue la foto donde tú y yo aparecíamos abrazados en medio del parque San Francisco. ¿Dónde está mi foto? No lo sé. El lado de tu cama esta frio como si no hubieras pasado aquí la noche, lo cual es absolutamente imposible, porque todavía te siento.

¡Carajo, pero que pendejo soy! Tengo tu número, ¿Debería llamarte? Por supuesto que sí. Un buen motivo habrás tenido para irte mucho antes de que sonara el pinche celular. Busco tu nombre; -R- y no hay contactos. Tal vez con –J-, tampoco. Quizá con –K- pues así te solía llamar siempre. No hay contactos.

¿Qué ha pasado con mi celular? No tengo tu numero, pero ¿Por qué?

Aun no logro recordar nada y todo parece tan diferente. Como si hubiera dormido por meses, necesito saber que sucedió, pues ahora empiezo a sentirme algo tenso y muy confundido.

En la ducha, escucho el sonido de la puerta del baño. Pienso que eres tú entrando como todas las mañanas para bañarte conmigo. Me encanta enjabonar tu cuerpo, abro la puerta de protección pensando en que voy a decirte para convencerte a que te metas a bañar pero, observo y no hay nadie. Solo fue el adorno que se ha caído.

Regreso a mi habitación y me dirijo hacia el closet para tomar mi ropa y así dirigirme a la facultad. He planeado más tarde poder ir a verte a tu universidad para que me digas que es lo que ha pasado. Es como si sufriera de amnesia. No puedo recordar si quiera tu rostro. Pero sé que yendo a Relaciones Internacionales podre recordar algo que me acerque aun más a ti.

Entro al closet y tropiezo con una pequeña caja, y como los psíquicos que al tocar las cosas saben que pudo pasar, tomo la caja y figuro tu rostro. Tierno, varonil, hermoso, de ángel.

Me siento en la cama y con miedo a saber lo que pueda contener; la abro y todos tus pequeños detalles están ahí, por fin he encontrado la foto en San Francisco, las fotos de tu infancia, las fotos de estos 3 meses.

Todos mis recuerdos y mi vida durante tres meses estaban guardados ahí. Miro el calendario y me doy cuenta que ya no es julio sino octubre. Es curioso me quede dormido a tu lado en julio y me he despertado solo en octubre. Tres meses se han ido en una sola noche.

Al final de los recuerdos capturados me encuentro con la medicina que me provoco la maldita amnesia. Una carta.

Una carta de ruptura.



No hay comentarios.: